7.5
Star Trek: Picard Serie ambientada 18 años después de la última aparición de Jean-Luc Picard en "Star Trek: Nemesis", y encuentra al personaje profundamente afectado por la destrucción de Romulus como se muestra en la película "Star Trek" (2009).
Star Trek: Picard Critica
Soy un gran fan de la saga. He visto todos los capítulos de todas las series y todas las películas, varias veces. Han sido miles de horas en las que he disfrutado muchísimo; casi siempre. Pero hace ya algunos años he empezado a ponerme un poco nervioso con el rumbo que va tomando la marca ST. El desasosiego ya comenzó con las últimas películas, pero las dos últimas series; Discovery y ahora Picard, me han sumido en un profundo abatimiento. Son sencillamente terribles. Me he esforzado muchísimo por ver Discovery, pero nunca consigo acabar un capítulo, las arcadas no me lo permiten. Y ahora con Picard se me ha roto el corazón. ¡Dios mío qué desastre!Sin presunción ¡Ya soy muy mayor para esas tonterías! Y solo con el ánimo de justificar mínimamente mi criterio, tengo que decir que provengo de una familia de cineastas, en la que hay un director genial, y hubo un guionista brillante y un productor honesto, ya fallecidos. Crecí y aprendí de cine con ellos. Además soy casi bilingüe y muy sensible a las inflexiones de los actores, así que lo he visto todo siempre en VO.Pero esta crítica no va sobre mí, lo que pasa es que no sé por dónde empezar.Quizás por el guión.
No es un problema de la historia que cuenta. Entiendo que cuando le presentaron la sinopsis al viejo Patrick, le gustara, pues tiene potencial. El problema es el tratamiento de las situaciones, o mejor dicho, su maltrato. Resulta evidente que se lo han encomendado a jovenzuelos deformados por la incultura superficial y la arrogancia de las redes sociales, lo cual inevitablemente conduce a la impostura, al cinismo y al desamor. Es el signo de los tiempos, el imperio de lo vanal. Consecuencia de todo ello es una colección de personajes vacíos de toda genuina cualidad humana que no hacen sino exponer el atormentado subconsciente de unas mentes enfermas atormentadas por su propia nadería. Vamos, el horror. No me extraña que al capitán de la nave le hagan aparecer leyendo la obra de Unamuno "El sentimiento trágico de la vida", aun cuando me juego mi alma inmortal a que ninguno de ellos la ha leído, y menos aún, entendido. Es el clásico postureo tan propio de esta generación. Eso tampoco es nuevo, también conocí en la mía intelectuales formados con las lecturas de contraportadas, pero nosotros, por lo menos, nos reíamos de ellos. Ahora ya no se les detecta y se les ríe las gracias.No sé si os habéis dado cuenta de que en estas dos últimas series los elementos conductores de las historias son las mentes atormentadas de los personajes; enanos emocionales incapaces de gestionar los más simples contratiempos que la vida les pone por delante. ¡Qué interés puede tener semejante exposición de inmadurez! ¡Cómo se puede soportar tanta tontería! Yo no puedo. Patrick y Jeri, rescatados de grandes series, tampoco. Se les ve extraordinariamente incómodos en su papel; avergonzados, diría yo. Sobre todo Jeri, mi gran amor. Avejentados y deprimidos arrastran sus líneas como pueden, prisioneros de un guion absurdo e intrascendente, dando lo peor de sí mismos. Y si además los dirige el poco agraciado Jonathan Frakes, da lugar a esperpénticas interpretaciones en las que el montaje es incapaz de superar la incredulidad de los actores. Terrible.Bueno, no sigo, que había empezado con buen ánimo y me estoy poniendo de mal humor. Así que, estáis advertidos. Si tras leer esta crítica veis algún capítulo y os gusta, pensad lo siguiente: hay alguien que os dice que algo está funcionando muy mal en vuestras mentes. No me creáis, simplemente, paraos os momento y preguntaos con honestidad si conocéis de verdad el significado del amor.